27.8.11

En la Ciudad de la Luz


-- Me gusta tu cálida mirada --

-- A mí me gustas tú --

-- Apenas me conoces --

-- Te veo cada día, te observo -- dijo Ryan sonriendo

Madeleine recogió la taza, limpió la mesa, dejó la cuenta y antes de que se girase para volver al café, Ryan le puso una margarita en el ojal de su uniforme.

-- ¿Qué turno tienes hoy? --

-- Acabo a las 7 --

-- ¿Y te vas a casa? --

Madeleine vaciló antes de contestarle.

-- No, voy a la piscina --

-- Quiero ir contigo... me gusta mucho nadar --

-- Pero yo voy a nadar ¿eh? --

-- No lo pongo en duda --

-- A no? y eso porqué? --

-- Por tu físico.... espalda ancha, hombros marcados,  vientre plano, gemelos formados, y tienes una grácil forma de moverte propia de una nadadora que compite --

Madeleine no pudo decir nada. Realmente se había fijado mucho en ella. ¿Cuántas veces habían intercambiado frases?

Ryan le resultó atractivo desde el primer día que apareció por el café. No sabía cuanto tiempo hacía que iba por el local donde trabajaba. O le gustaba mucho el café que se hacía o venía por algo más -- pensaba Madeleine --

La proposición de Ryan le cogió por sorpresa, pero decidió no retar al destino.
Pasaban unos minutos de las 5. Ryan se levantó, sacó unos francos de su bolsillo y los dejó junto a la cuenta.

-- Volveré antes de las 7 --

-- Aquí estaré --

Ryan corrió hacia la boca del metro. Madeleine se giró, y mientras cruzaba la  puerta del café recordó la descripción que Ryan hizo de su andar. Al pasar por delante del espejo se vio más atractiva. Cogió la margarita y sonriendo la empezó a deshojar. SI - NO - SI - NO - ........  se sobresaltó cuando oyó a su jefe decir: MADELEINE!

Dean Martin – Under The Bridges Of Paris


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